Fray Ramón Martínez Vigil nace el 12 de septiembre de 1840 en Tiñana, concejo de Siero. El 19 de septiembre de 1858 toma los hábitos de la Orden de los Dominicos en el convento de Ocaña (Toledo). Ya como dominico se trasladó a las islas Filipinas y estudiará en la Universidad de Manila, donde conseguirá los grados de licenciado y doctor en Filosofía y Teología. Posteriormente desempeñará la cátedra de teología en dicha universidad.
En el año 1876 regresa a la península y es nombrado procurador general de la orden dominica para las provincias de España y Filipinas. En el año 1878, por su conocimiento de las problemática en Ultramar, es nombrado consejero nato del Ministerio de Ultramar. Luego entrará a formar parte del claustro de profesores de la Universidad Central de Madrid.
El 17 de marzo de de 1884 es preconizado obispo de Oviedo, tomando posesión de la sede episcopal ovetense el 28 de junio del mismo año. En su labor como obispo de Oviedo dotó al Cabildo catedralicio de nuevos estatutos y trató por todos los medios de elevar el nivel cultural del Clero. A la muerte del rey Alfonso XII se le encomendó la oración fúnebre, que pronunció en la capilla Sixtina ante el Papa León XIII, por lo que fue premiado con el nombramiento de noble y prelado del Solio Pontificio. Fue elegido senador por dos legislaturas por el Arzobispado de Santiago de Compostela.
En Covadonga se encargará de reconstruir la Junta que promueve las obras del Santuario y nombrará al arquitecto Federico Aparici como responsable técnico de las obras de construcción de la basílica, las cuales se concluirán definitivamente en 1902. Durante su mandato comenzarán las obras de la construcción del Gran Hotel Pelayo.
En el año 1876 regresa a la península y es nombrado procurador general de la orden dominica para las provincias de España y Filipinas. En el año 1878, por su conocimiento de las problemática en Ultramar, es nombrado consejero nato del Ministerio de Ultramar. Luego entrará a formar parte del claustro de profesores de la Universidad Central de Madrid.
El 17 de marzo de de 1884 es preconizado obispo de Oviedo, tomando posesión de la sede episcopal ovetense el 28 de junio del mismo año. En su labor como obispo de Oviedo dotó al Cabildo catedralicio de nuevos estatutos y trató por todos los medios de elevar el nivel cultural del Clero. A la muerte del rey Alfonso XII se le encomendó la oración fúnebre, que pronunció en la capilla Sixtina ante el Papa León XIII, por lo que fue premiado con el nombramiento de noble y prelado del Solio Pontificio. Fue elegido senador por dos legislaturas por el Arzobispado de Santiago de Compostela.
En Covadonga se encargará de reconstruir la Junta que promueve las obras del Santuario y nombrará al arquitecto Federico Aparici como responsable técnico de las obras de construcción de la basílica, las cuales se concluirán definitivamente en 1902. Durante su mandato comenzarán las obras de la construcción del Gran Hotel Pelayo.