“Una imagen de la Virgen de Covadonga, patrona de Asturias, viajará a la luna”, ese era uno de los titulares que se publicaban en la página cincuenta y tres del diario ABC correspondiente al sábado 14 de octubre de 1972, entonces dirigido por don Torcuato Luca de Tena.
Esta curiosa historia que al final no se llevó a cabo comenzó cuando un nostálgico emigrante asturiano residente en Bruselas y cultivador de todo lo que tuviera que ver con su “patria chica” escribió al astronauta americano David R. Scott para ofrecerle una imagen de Nuestra Señora de Covadonga con motivo de trasladarla hasta la superficie lunar.
Para ello esgrimía que “puesto que Asturias inició la reconquista y fue, en consecuencia, motor del descubrimiento de América, le parecía lógico que los americanos llevaran algún recuerdo de Asturias en su conquista del espacio”.
El tripulante del Apolo XV respondió favorablemente a esta petición pero el mensaje del asturiano le llegó a Scott cuando ya era imposible remitirle la talla de la Virgen dado el inminente despegue de la misión espacial.
Posteriormente se supo que el astronauta había escrito al emigrante asturiano para felicitarle por su idea y ofreciéndose a llevarla en la próxima misión espacial que llevara a cabo.
Esta curiosa historia que al final no se llevó a cabo comenzó cuando un nostálgico emigrante asturiano residente en Bruselas y cultivador de todo lo que tuviera que ver con su “patria chica” escribió al astronauta americano David R. Scott para ofrecerle una imagen de Nuestra Señora de Covadonga con motivo de trasladarla hasta la superficie lunar.
Para ello esgrimía que “puesto que Asturias inició la reconquista y fue, en consecuencia, motor del descubrimiento de América, le parecía lógico que los americanos llevaran algún recuerdo de Asturias en su conquista del espacio”.
El tripulante del Apolo XV respondió favorablemente a esta petición pero el mensaje del asturiano le llegó a Scott cuando ya era imposible remitirle la talla de la Virgen dado el inminente despegue de la misión espacial.
Posteriormente se supo que el astronauta había escrito al emigrante asturiano para felicitarle por su idea y ofreciéndose a llevarla en la próxima misión espacial que llevara a cabo.