El Cabildo de Covadonga
presentó el pasado 8 de mayo de 2018 a los medios de comunicación la adquisición del libro “Spelunca
B. Mariae de Covadonga in Asturiis Hispaniarum Montibus” (Cueva de la Santísima
Virgen de Covadonga en los Montes de Asturias), el libro más antiguo conocido,
hasta el momento, que habla de manera específica sobre la historia del Santuario.
El entonces Abad de
Covadonga, don Emiliano de la Huerga, nos recordaba en una de sus publicaciones
la existencia de este libro editado en Bruselas en 1635, y escrito por Josephus
Geldolphus Van Ryckel. Por desgracia, en aquellas fechas, el Santuario lamentaba
no contar con ningún ejemplar en su archivo.
Hasta hace dieciocho
años sólo se tenía referencia de la publicación de esta obra por los datos que
Nicolás Antonio nos proporciona en su Bibliotheca Hispana Nova, editada en
Madrid en 1778, aunque erróneamente la databa en 1525. Debemos dar gracias a Santiago
Caravia y María Jesús Villaverde Amieva, quienes al elaborar un trabajo para un
curso sobre biblioteconomía organizado por la Biblioteca de la Universidad de
Oviedo, localizaron tres ejemplares; uno en la Biblioteca Real de Bélgica y
otros dos en la Biblioteca Nacional de España, donde uno de los cuales perteneció
al gran historiador, bibliófilo y miembro de la Real Academia de la historia
Pascual Gayangos.
En el mes de junio de
2001 se expuso por primera vez al público un ejemplar como el que hoy se
presenta en Covadonga. Fue en la exposición conmemorativa del primer centenario
de la basílica “Covadonga, Iconografía de una devoción”, y llegaba procedente
de la Biblioteca Nacional Española. Ha sido un privilegio poder contemplarlo en
el mismo lugar del que habla.
Dos años más tarde,
el Gobierno del Principado de Asturias adquirió en una casa de subastas
madrileña otro ejemplar que hoy es custodiado en la Biblioteca de Asturias
Ramón Pérez de Ayala. Este se cree procedente de la biblioteca de los duques de
T’Serclaes, familia aristocrática afincada en Sevilla, y por suerte no se
encontraba entre los volúmenes que, a principios del siglo XX, Archer M.
Huntington compró a los duques para incrementar la biblioteca de la Hispanic
Society de Nueva York.
Desde el Santuario de
Covadonga hace un tiempo que se conoció de la existencia de otros dos ejemplares
en manos privadas. En cuanto se supo que uno de ellos iba a salir a la venta,
el Cabildo inició las gestiones oportunas para adquirirlo y de esta forma ir
recuperando ese fondo bibliográfico que primero un incendio, en 1777, y después
las guerras de la independencia y la guerra civil española habían ido
fragmentando.
Tras recibir el apoyo
de la Fundación Banco Sabadell, el pasado mes de septiembre, el Santuario de Covadonga
adquirió este ejemplar que se encuentra en perfecto estado de conservación.
La obra, escrita en latín,
contiene tres grabados: uno de cabecera, cargado con símbolos victoriosos, columnas y pirámides;
otro de la Virgen María que aparece, sobre el escudo del Cardenal Infante don
Fernando de Austria, con el Niño en el brazo izquierdo y una bola del mundo
coronada por una cruz, en la mano derecha; y por último el de un caballero
teutón que viste armadura cubierta por una capa y porta en la mano izquierda
una espada mientras sujeta un escudo con la diestra. A sus pies se puede leer
la leyenda: LANTCOMMANDEVR. Aunque la iconografía de la Virgen difiera de la
venerada por aquel entonces en el Santuario, se supone que ésta hace referencia
a la Virgen de Covadonga. Nos encontraríamos entonces ante la que, actualmente,
es la representación iconográfica más antigua conservada de la Santina.
A pesar de que Ryckel,
Abad de Santa Gertrudis de Lovaina, nunca debió visitar Covadonga se puede
decir que era conocedor de su historia a través de la bibliografía de la época.
Tras el fallecimiento, el 17 de agosto de 1635 del humanista, diplomático y escritor
español, Francisco de Moncada, III Marqués de Aytona, le dedica esta obra en el
que ensalza su figura y la de sus antecesores en un prólogo en el que relata
los méritos de quien fuera gobernador de los Países Bajos y hombre de confianza
de Felipe IV y del Conde-Duque de Olivares.
En el libro nos
cuenta cómo al morir don Rodrigo, don Pelayo, hijo de un jefe cántabro, incita
a los lugareños a sublevarse contra la conquista islámica y cómo las tropas
cristianas se alzan con la victoria gracias a la intercesión de la Virgen.
También nos dice que los refugiados en los montes de Asturias no eran más que
un pequeño grupo de hombres que, desde el monte Auseva, lanzaron piedras sobre
un ejército más fuerte y mejor armado que el suyo.
A la hora de hablar
de Covadonga tampoco se olvida de que los hechos que allí sucedieron marcarían
el devenir del origen del Reino de Asturias, una de las efemérides de la que
este año celebramos su decimotercer aniversario, y detalla una relación de
reyes de Asturias y León que continuaron el linaje de don Pelayo.
Con la adquisición de
esta obra vemos como el Santuario de Covadonga y la Fundación Banco Sabadell se
preocupan por recuperar y divulgar piezas que en su día se encargaron de
difundir la historia de un enclave de capital importancia en la historia de
Asturias y en la historia de España.
Javier Remis Fernández
(Museo de
Covadonga)