CANGUESES
EN GRANADA, (LOS GANAPANES)
NUEVO LIBRO DE JOSÉ MANUEL TRESPANDO
El
pasado viernes 15 de febrero se presentó en la Casa de Cultura de Cangas de
Onís el nuevo libro de José Manuel Trespando Corredera titulado “Cangueses en
Granada, los Ganapanes” que surge como fruto de duros e intensos años de
trabajo de investigación en numerosos archivos y bibliotecas de distintas localidades
españolas.
Trespando,
tras percatarse años atrás del numeroso número de personas fallecidas en la
ciudad de Granada que eran originarios o naturales del concejo de Cangas de
Onís comenzó una labor de investigación en archivos y bibliotecas para poder
descifrar la conexión entre las ciudades que fueron origen y fin de la
Reconquista.
Las
investigaciones no tardaron en fructificar como nos dice José Luis Vega, Presidente
de la Asociación Cultural Abamia, entidad patrocinadora de la edición junto con
el Ayuntamiento de Cangas de Onís, en el prólogo donde cuenta que “posteriores
pesquisas afirmaron la sospecha, fruto de la cual es este singular estudio que
hoy publicamos, el primer paso, quizá, de una más profunda investigación que
nos permita decir que si en Covadonga los naturales de este concejo de Cangas
de Onís comenzaron la recuperación para la fe cristiana del territorio hoy
llamado España, también en Granada los hubo en la toma de la última de las
posesiones musulmanas y por tanto en el punto final de la Reconquista”.
En
la conquista de Granada participaron miles de hombres venidos de diversos lugares
pero según Trespando comenta en su libro,
a tenor de las fuentes documentales una de las regiones que más peones
aportó fue la de Asturias. Algunos de esos peones formaron después parte de los
nuevos pobladores que originaron la expansión de la ciudad de Granada. Uno de
los barrios que más proliferó fue el de Bibarambla donde a comienzos del siglo XVI se construye
la iglesia de Santa María Magdalena. Asturianos
fueron también los responsables de erigir sobre el solar de una de las
mezquitas del barrio la primitiva iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora
y de San Roque. Pronto la iglesia se quedó pequeña y se le fueron agregando
nuevas capillas laterales a lo largo de los siglos. Ya en 1789 Domingo Peláez y
José Remis construyen una puerta lateral que finalizan diez años más tarde.
En
esta iglesia de la Magdalena grupos de “asturianos” “montañeses”, “ganapanes,
“palanquines” o “trabajadores de la plaza” (se refiere a las de Bibarrambla y
de la Alhóndiga Zaida), según cita la documentación consultada por Trespando y
siguiendo las tendencias de aquellos tiempos, fundaron Hermandades y Cofradías.
Entre éstas se encuentra la Hermandad de Nuestra Señora y San Roque que ya en
el siglo XVI evoluciona y pasa a denominarse Hermandad de Nuestra Señora y
Ánimas del Purgatorio.
Pronto
surgieron diferencias entre ésta última hermandad y otra de las presentes en la
Magdalena, la denominada de Nuestra Señora de Candelaria. Iniciaron entonces un
largo periodo de litigios que minaron enormemente las arcas de la hermandad
consecuencia que, a su vez, supuso disputas internas dentro de la misma hasta
llegar al punto de tener que disolverse a finales del siglo XVII. Un sector de
la misma constituye la Cofradía de Ánimas, mientras el resto, “los montañeses” a
fecha 24 de febrero de 1702 forman la Hermandad de Nuestra Señora de Covadonga.
Fueron Domingo Fernández, Francisco García, Domingo de Mier, Cosme González,
Pedro Corao, Juan de Otedo, Juan de la Huerta, Pedro Posada, Francisco
Fernández y Cosme García quienes asentaron a los nuevos cofrades y quienes
determinaron constituir la nueva hermandad en la sacristía de la misma iglesia
de la Magdalena.
Rápidamente fueron adquiriendo bienes como “coronas de plata, cetros, mantos, candelabros,
arañas y un sinfín de alhajas” necesarias para el culto dedicado a Nuestra
Señora que aparecen reflejados en distintos inventarios del archivo parroquial.
En estos se cita una imagen de Nuestra Señora de Covadonga con el niño en brazos,
varios cuadros de “nuestra señora”, otros diez de los Apóstoles y “un lienço
fino, con la imagen de la antigua de Covadonga con el santo Principe Dn Pelaio
con marco dorado embutido en el retablo”.
Ya
en 1810, tras entrar en vigor los decretos del gobierno de José Bonaparte
relativos a la supresión de las órdenes religiosas y tras la fiscalización de
las pinturas que se encuentran en la iglesia de la Magdalena, la Hermandad de
Nuestra Señora entra en un proceso de
lenta desaparición que finaliza en 1820.
Si
nos fijamos en los apellidos de muchas de las personas que constituyeron dicha
hermandad a lo largo de su historia podemos observar que muchos de ellos están
localizados en pueblos del concejo de Cangas de Onís como Intriago, Soto de la
Ensertal, Llenín, San Martín de Grazanes, Beceña, Tárano, Gamonedo, Llano de
Con o Mestas pueblo, éste último donde aparecen en los libros parroquiales una
serie de defunciones en la ciudad de Granada.
En
éste libro, José Manuel Trespando abre una interesante vía de investigación de
una parte de nuestra historia hasta ahora por nadie explorada y que conecta con
esos primeros sucesos acaecidos en Covadonga, origen de nuestra historia y
origen de nuestro concejo.