jueves, 28 de febrero de 2013

PERSONAS DE CANGAS DE ONÍS INCIARON Y FINALIZARON LA RECONQUISTA


CANGUESES EN GRANADA, (LOS GANAPANES)
NUEVO LIBRO DE JOSÉ MANUEL TRESPANDO
 
El pasado viernes 15 de febrero se presentó en la Casa de Cultura de Cangas de Onís el nuevo libro de José Manuel Trespando Corredera titulado “Cangueses en Granada, los Ganapanes” que surge como fruto de duros e intensos años de trabajo de investigación en numerosos archivos y bibliotecas de distintas localidades españolas.
Trespando, tras percatarse años atrás del numeroso número de personas fallecidas en la ciudad de Granada que eran originarios o naturales del concejo de Cangas de Onís comenzó una labor de investigación en archivos y bibliotecas para poder descifrar la conexión entre las ciudades que fueron origen y fin de la Reconquista.
Las investigaciones no tardaron en fructificar como nos dice José Luis Vega, Presidente de la Asociación Cultural Abamia, entidad patrocinadora de la edición junto con el Ayuntamiento de Cangas de Onís, en el prólogo donde cuenta que  “posteriores pesquisas afirmaron la sospecha, fruto de la cual es este singular estudio que hoy publicamos, el primer paso, quizá, de una más profunda investigación que nos permita decir que si en Covadonga los naturales de este concejo de Cangas de Onís comenzaron la recuperación para la fe cristiana del territorio hoy llamado España, también en Granada los hubo en la toma de la última de las posesiones musulmanas y por tanto en el punto final de la Reconquista”.
En la conquista de Granada participaron miles de hombres venidos de diversos lugares pero según Trespando comenta en su libro,  a tenor de las fuentes documentales una de las regiones que más peones aportó fue la de Asturias. Algunos de esos peones formaron después parte de los nuevos pobladores que originaron la expansión de la ciudad de Granada. Uno de los barrios que más proliferó fue el de Bibarambla  donde a comienzos del siglo XVI se construye la iglesia de Santa María Magdalena. Asturianos  fueron también los responsables de erigir sobre el solar de una de las mezquitas del barrio la primitiva iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora y de San Roque. Pronto la iglesia se quedó pequeña y se le fueron agregando nuevas capillas laterales a lo largo de los siglos. Ya en 1789 Domingo Peláez y José Remis construyen una puerta lateral que finalizan diez años más tarde.
En esta iglesia de la Magdalena grupos de “asturianos” “montañeses”, “ganapanes, “palanquines” o “trabajadores de la plaza” (se refiere a las de Bibarrambla y de la Alhóndiga Zaida), según cita la documentación consultada por Trespando y siguiendo las tendencias de aquellos tiempos, fundaron Hermandades y Cofradías. Entre éstas se encuentra la Hermandad de Nuestra Señora y San Roque que ya en el siglo XVI evoluciona y pasa a denominarse Hermandad de Nuestra Señora y Ánimas del Purgatorio.
Pronto surgieron diferencias entre ésta última hermandad y otra de las presentes en la Magdalena, la denominada de Nuestra Señora de Candelaria. Iniciaron entonces un largo periodo de litigios que minaron enormemente las arcas de la hermandad consecuencia que, a su vez, supuso disputas internas dentro de la misma hasta llegar al punto de tener que disolverse a finales del siglo XVII. Un sector de la misma constituye la Cofradía de Ánimas, mientras el resto, “los montañeses” a fecha 24 de febrero de 1702 forman la Hermandad de Nuestra Señora de Covadonga. Fueron Domingo Fernández, Francisco García, Domingo de Mier, Cosme González, Pedro Corao, Juan de Otedo, Juan de la Huerta, Pedro Posada, Francisco Fernández y Cosme García quienes asentaron a los nuevos cofrades y quienes determinaron constituir la nueva hermandad en la sacristía de la misma iglesia de la Magdalena.
Rápidamente fueron adquiriendo bienes como “coronas de plata, cetros, mantos, candelabros, arañas y un sinfín de alhajas” necesarias para el culto dedicado a Nuestra Señora que aparecen reflejados en distintos inventarios del archivo parroquial. En estos se cita una imagen de Nuestra Señora de Covadonga con el niño en brazos, varios cuadros de “nuestra señora”, otros diez de los Apóstoles y “un lienço fino, con la imagen de la antigua de Covadonga con el santo Principe Dn Pelaio con marco dorado embutido en el retablo”.
Ya en 1810, tras entrar en vigor los decretos del gobierno de José Bonaparte relativos a la supresión de las órdenes religiosas y tras la fiscalización de las pinturas que se encuentran en la iglesia de la Magdalena, la Hermandad de Nuestra Señora entra en un  proceso de lenta desaparición que finaliza en 1820.
Si nos fijamos en los apellidos de muchas de las personas que constituyeron dicha hermandad a lo largo de su historia podemos observar que muchos de ellos están localizados en pueblos del concejo de Cangas de Onís como Intriago, Soto de la Ensertal, Llenín, San Martín de Grazanes, Beceña, Tárano, Gamonedo, Llano de Con o Mestas pueblo, éste último donde aparecen en los libros parroquiales una serie de defunciones en la ciudad de Granada.
En éste libro, José Manuel Trespando abre una interesante vía de investigación de una parte de nuestra historia hasta ahora por nadie explorada y que conecta con esos primeros sucesos acaecidos en Covadonga, origen de nuestra historia y origen de nuestro concejo.